Por mujer y subversiva: Artistas carpeteadas durante la represión al independentismo en el siglo XX

Ponencia presentada durante el “VIII Coloquio de Investigación de Historia de las Mujeres” de la Asociación Puertorriqueña de Investigación de Historia de las Mujeres (Universidad de Puerto Rico, Recinto de Utuado, 28 de marzo de 2019)

En medio de la Guerra Fría, los gobiernos de Estados Unidos y Puerto Rico desarrollaron una serie de prácticas de represión dirigidas a los sectores progresistas identificados con la defensa de la independencia de Puerto Rico. Entre estas prácticas, se destacó la creación de carpetas o expedientes criminales sobre individuos y organizaciones, realizados tanto por el FBI, como por la División de Inteligencia de la Policía de Puerto Rico.[1] La presente ponencia parte de una investigación mucho más abarcadora sobre el impacto del carpeteo federal y estatal hacia sectores artísticos y culturales en Puerto Rico.[2]
Se debe resaltar que en los primeros años del carpeteo abundan más los expedientes sobre figuras masculinas, en su mayoría, de líderes políticos. Sin embargo, el FBI y la Policía prestaban igual atención a las mujeres que expresaran su ideología a favor de la independencia para Puerto Rico. Por su participación directa y pública en las actividades de organizaciones independentistas, la clase artística siempre estuvo en la mirilla de las autoridades federales y estatales. Las prácticas represivas del FBI y la Policía afectaron directamente a las mujeres dedicadas a la creación artística. Actrices, cantantes, poetas y otras artistas fueron catalogadas como “subversivas” y perseguidas por el contenido de sus expresiones artísticas, por su solidaridad con la lucha estudiantil y obrera, la defensa de los derechos humanos, y el apoyo a grupos independentistas. A través del análisis de las carpetas, se demuestra la persecución política que las artistas puertorriqueñas enfrentaron durante décadas. A modo de ejemplo, aquí presento tres casos de mujeres carpeteadas, cada una dedicada a una rama diferente del arte. Asimismo, menciono a otras artistas puertorriqueñas clasificadas como subversivas por la Policía y el FBI.

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Teatro: Iris Martínez (Carpeta de la Policía #3194)

Entre las artistas carpeteadas desde la década de 1950, se destaca Iris Martínez, actriz de teatro, radio y televisión. En 1948, Iris Martínez había llamado la atención de las autoridades por su participación activa en la huelga de la Universidad de Puerto Rico; por ello fue expulsada de la institución. La colaboración de Martínez en actividades de grupos independentistas era descrita en las carpetas, ya fuese porque brindara su talento como actriz, o por sus facetas de declamadora y maestra de ceremonias. Por ejemplo, en 1959, la Policía reseña su participación en la obra de teatro Al final de la calle de Gerard Marín, presentada en el Teatro La Perla de Ponce. Podría pensarse que la asistencia del líder político Juan Mari Brás, del poeta Juan Antonio Corretjer y del dramaturgo René Marqués a una asamblea del Movimiento Pro Independencia antes de la función, fue lo que movilizó a la Policía hacia el teatro. Sin embargo, al analizar las carpetas, se puede notar que la mera presencia de Iris Martínez en cualquier actividad artística o política, aunque no participara directamente de la misma, era suficiente motivo para incluirla en los informes. A lo largo de toda su vida, la actriz continuó apoyando las luchas estudiantiles, obreras y civiles, así como el ideal independentista. Durante décadas, Iris Martínez, carpeta número 3194, está presente en informes policiacos; también aparece en carpetas del FBI. La actriz vivió toda una vida de creación artística bajo el acecho del Estado.[3]
Durante las décadas de 1950, 1960, 1970 y 1980, otras actrices se sumaron a la lista de ciudadanas vigiladas por las autoridades. Entre las actrices carpeteadas (o, al menos, acechadas por la Policía y el FBI) se encuentran: Mona Marti (carpeta #17149), Marta Romero (#29044), Madeline Willemsen (#6115), Myrna Vázquez (#31544), Estrella Artau (#1390), Victoria Espinosa, Lucy Boscana, Esther Sandoval, Mirna de Casenave, Miriam Soto, Camille Carrión, Myrna Oliver, Álida Arizmendi, Claribel Medina, Amneris Morales, Velda González, Tere Marichal (“María Chuzema”) y Sharon Riley.[4] Como puede apreciarse, no todas las actrices mencionadas militaban en un partido o grupo independentista; podían ser acechadas por el FBI y la Policía tan solo por lanzarse a la calle a luchar por sus derechos como mujeres o como artistas.

Música: Lucecita Benítez (Carpeta de la Policía #4109)

Otra de las ramas del quehacer artístico perseguida tenazmente por autoridades federales y estatales fue la música, en especial la canción, y si era de contenido político o social, todavía más. Por ello, las cantantes, instrumentistas y compositoras fueron constantemente acechadas. Tomemos como ejemplo a “La Voz Nacional de Puerto Rico”, Lucecita Benítez, intérprete de la canción popular. Lucecita ya había encaminado una exitosa carrera artística antes de ser carpeteada. Tenía acceso a la prensa, radio y televisión, además de una amplia discografía. En 1969, ganó el Primer Festival de la Canción Latina en México. A principios de la década de 1970, Lucecita dejó atrás el movimiento musical de la Nueva Ola y empezó a cantar canciones de contenido social y conciencia patriótica. Enfrentó la persecución política cuando comenzó a participar en actividades de grupos independentistas. Su carpeta número 4109 aparece mencionada en muchos informes de la Policía, que la clasificaba como “cantante de protesta”. Las actividades de Lucecita también eran incluidas en carpetas del FBI. Los cambios en su repertorio, junto a la represión política, redujeron su acceso a los medios comerciales de comunicación y a la industria del espectáculo. Ante el nuevo escenario político que afectaba el mercado de su música, Lucecita tuvo que recurrir a la autogestión para poder llevar a cabo sus conciertos y producciones discográficas.[5]
En el escenario musical puertorriqueño, muchas otras mujeres fueron carpeteadas. Flora Santiago (#2033), cantante y compositora, miembro del dúo Pepe y Flora y del grupo Taoné, fue víctima del carpeteo de la Policía y el FBI durante varias décadas.[6] Asimismo, se encuentra el dúo de las Hermanas Castillo, Awilda Castillo (#29431) y Ana Castillo (#28546), al igual que Jossy Latorre (#5668), Zoraida Santiago (#7615), Roxana Riera Gato (#5297), Vilma Lozada López (#4532), Brunilda García, María Gisela Rosado, Ileana Latorre, Nena Rivera, Sophy, Glorivee e Iris Chacón, entre muchas otras artistas.[7]

Literatura: Julia de Burgos (Carpeta del FBI #100-60530)

Por último, brindamos un ejemplo del carpeteo a la creación literaria, específicamente a la poesía de Julia de Burgos. Entre 1943 y 1944, la poeta colaboró con el periódico Pueblos Hispanos, publicación semanal editada en Nueva York por Juan Antonio Corretjer y Consuelo Lee Tapia. Además de publicar sus poesías en dicho periódico, Julia de Burgos fungió como editora de su sección cultural. A raíz de su relación con esta publicación, el FBI le abrió la carpeta #100-60530. En dicho expediente aparecen los poemas publicados por Julia en Pueblos Hispanos, con sus traducciones al inglés. El objetivo del FBI al recopilar, traducir y analizar críticamente su poesía era encontrar evidencias de su asociación con grupos nacionalistas y comunistas. El expediente del FBI sobre Julia de Burgos cubre desde el 6 de julio de 1944 hasta el 1 de marzo de 1955, casi dos años después de su muerte.[8]
La extensión de la investigación federal luego del fallecimiento de la carpeteada no debe sorprender. Era práctica común del FBI mantener un expediente abierto mientras siguiera llegando información. Tanto el FBI como la Policía de Puerto Rico recopilaban datos de obras literarias o musicales de autores o compositores ya fallecidos, si su temática era catalogada como subversiva.[9] En el caso de Julia de Burgos, la Policía de Puerto Rico continuó recopilando datos de su obra hasta muchos años luego de su muerte. Por ejemplo, un informe de la Policía fechado en 1958 incluye una referencia a la poeta –fallecida 5 años antes– y una hoja suelta con su poema 23 de septiembre, a modo de “evidencia subversiva”, pues la autora era “una tal Julia de Burgos”. Otro informe sobre una actividad en 1964, señala que, como parte de la presentación artística, la actriz Angelina Morfi había leído el poema Río Grande de Loíza de Julia de Burgos. En fin, tanto el nombre de Julia de Burgos como su obra, continuaron presentes en las carpetas muchos años después de su partida.[10] 
Otra carpeteada luego de su muerte es la poeta Lola Rodríguez de Tió. Las referencias a la letra de La Borinqueña Revolucionaria y a Lola en carpetas del FBI y la Policía son innumerables, lo que la convierten en la poeta más mencionada en las carpetas. Muchas otras escritoras, tanto de verso como de prosa, fueron carpeteadas por autoridades estatales y federales. Vanessa Droz (#5785) y Nilita Vientós Gastón son solo dos ejemplos de ello.[11]

Por mujer y subversiva

Tras esta breve exposición, se puede concluir que la clase artística del país fue reprimida políticamente por el FBI y la Policía. Las mujeres dedicadas al arte no solo fueron perseguidas en su carácter personal, el contenido patriótico y revolucionario de su obra creativa también fue carpeteado. Luego de décadas de continuo acecho, represión y carpeteo, las artistas puertorriqueñas no se amilanaron, sino que continuaron actuando, cantando, escribiendo… Ni la Policía de Puerto Rico, ni el FBI pudieron acallar las voces de estas llamadas subversivas. Así demostraron que, en manos de las mujeres, el arte es un arma eficaz para reclamar justicia y libertad.

Bibliografía

Bosque Pérez, Ramón y José Javier Colón Morera, eds. Las Carpetas: Persecución política y derechos civiles en Puerto Rico. Río Piedras: Centro para la Investigación y Promoción de los Derechos Civiles, 1997.
Feinsod, Harris. “Between Dissidence and Good Neighbor Diplomacy: Reading Julia de Burgos with the FBI”, en revista Centro, Vol XXVI, Núm. II, 2014, Hunter College, Nueva York, 98-127.
Marrero, Mayi. PROHIBIDO CANTAR: Canciones carpeteadas y artistas subversivos en Puerto Rico. Ponce: Mariana Editores, 2018.
Paralitici, Ché. La represión contra el independentismo puertorriqueño: 1960-2010. San Juan: Publicaciones Gaviota, 2011.

Notas

  1. Ramón Bosque Pérez y José Javier Colón Morera, eds. Las Carpetas: Persecución política y derechos civiles en Puerto Rico. Río Piedras: Centro para la Investigación y Promoción de los Derechos Civiles, 1997. Ché Paralitici. La represión contra el independentismo puertorriqueño: 1960-2010. San Juan: Publicaciones Gaviota, 2011.
  2. Mayi Marrero. PROHIBIDO CANTAR: Canciones carpeteadas y artistas subversivos en Puerto Rico. Ponce: Mariana Editores, 2018.
  3. Ibid., 104-107; 113, 117, 128, 130, 133, 355.
  4. Ibid., 13, 15, 94, 103, 114-117, 130, 132-133, 137-138, 145, 153, 161, 172-173, 198-199, 202, 220, 247, 250-251, 295, 348, 350-351, 353, 358-360, 363-365, 389-390.
  5. Ibid., 15, 17, 161-165, 167, 170, 172-173, 178, 205, 289, 358.
  6. Ibid., 17, 113, 114, 128, 150-152, 154, 155, 178-180, 204, 256-258, 265, 280, 282, 285, 287, 289, 298, 299, 301, 302, 329, 354.
  7. Ibid., 15, 17, 23, 29, 98, 106, 131, 147, 149, 150, 153, 170, 173, 174, 176, 177, 183, 190, 204-206, 210, 284, 298, 299, 348-350, 354, 355, 357, 359, 360, 363-365, 383, 384, 385.
  8. Harris Feinsod. “Between Dissidence and Good Neighbor Diplomacy: Reading Julia de Burgos with the FBI”, en revista Centro, Vol XXVI, Núm. II, 2014, Hunter College, Nueva York, 98-127.
  9. Ver ejemplos en Marrero, PROHIBIDO CANTAR…, 68, 70, 103.
  10. Ibid., 103, 112, 372.
  11. Ibid., 134, 189, 201, 360, 365.