Puerto Rico: Universidad de la Guerra

«Miles de boricuas han muerto peleando en guerras de Estados Unidos en lo que se ha venido a llamar la cuota de sangre puertorriqueña…”

Apenas dos meses después de suscrita la Ley Jones, se aprobó la Ley de Servicio Militar Obligatorio (SMO),[1] que incluyó no solo a los estados que conformaban la nación estadounidense, sino también al Distrito de Columbia, a Hawaii y Alaska (territorios de Estados Unidos en ese momento), y a Puerto Rico. La Ley no aplicaba a los habitantes de Filipinas porque no eran ciudadanos estadounidenses. Los habitantes del Canal de Panamá tampoco fueron incluidos porque esa zona no era considerada territorio de Estados Unidos.[2]

Es así como en la Primera Guerra Mundial los puertorriqueños quedaron obligados a integrarse activamente al Ejército de Estados Unidos. La Ley no solo obligó a inscribirse a los puertorriqueños que recién habían adquirido la ciudadanía estadounidense, sino también a los nativos de Puerto Rico que habían renunciado a la misma. De igual forma, la Ley se aplicó a los ciudadanos españoles que, al momento de la invasión de 1898, no hubiesen conservado su nacionalidad española por disposición del artículo IX del Tratado de París mediante declaración jurada antes del 11 de abril de 1900. Se informan varios casos de ciudadanos españoles residentes en la Isla que fueron obligados a inscribirse.[3]

El reclutamiento obligatorio de puertorriqueños para pelear junto al bando estadounidense prosiguió en la Segunda Guerra Mundial. Desde 1948, con la implantación del Sistema de Servicio Selectivo, los puertorriqueños continuaron siendo reclutados para participar en las guerras de Corea y Vietnam, so pena de arrestos, multas y encarcelamientos.[4] Desde entonces, miles de boricuas han muerto peleando en guerras de Estados Unidos en lo que se ha venido a llamar la “cuota de sangre puertorriqueña” para el Gobierno estadounidense.

Puerto Rico y la constante guerra no declarada

La representación militar estadounidense en la Isla siguió agudizándose con la presencia constante de la Marina de Guerra de Estados Unidos. Puerto Rico se convirtió en “una universidad de la guerra naval”.[5] La Isla era sede de importantes bases militares, como la base aérea de Isla Grande, la Base Buchanan en Caparra, la Ramey en Aguadilla y la Roosevelt Roads en Ceiba, entre otras. Las islas municipios de Vieques y Culebra fueron escenario de prácticas militares con bala viva durante varias décadas, lo que provocó la resistencia no solo de sus habitantes, sino de líderes políticos y del pueblo puertorriqueño en general.

Originalmente, la Marina quería despoblar las islas de Vieques y Culebra para entrenamiento público y encubierto de fuerzas estadounidenses y extranjeras. En el caso de Vieques, los pobladores resistían dejar no solo a su tierra, sino también a sus seres queridos fallecidos. La Marina proponía entonces, a través del “Plan Drácula”, exhumar los cadáveres del cementerio. Ante la resistencia de viequenses y culebrenses a abandonar sus islas, la Marina de Guerra optó por no trasladar la población, sino que se apropió de más del 75% de las tierras y decidió realizar sus prácticas de tiro con bala viva. Es así como por décadas, los habitantes de ambas islas vivieron en un escenario constante de guerra que incluyó armas radiactivas con componentes cancerígenos, como el plutonio y el uranio reducido.[6]

Los habitantes de Culebra a fuerza de protestas y otras estrategias de resistencia, lograron sacar a la Marina de su isla en la década de 1970.[7] Desde entonces, el Departamento de Defensa de Estados Unidos optó por realizar todas sus prácticas con bala viva en Vieques. A los habitantes de la Isla Nena les tomó casi cuarenta años más liberarse de la Marina estadounidense y de su constante guerra.[8]

[NOTA: Este ensayo constituye un fragmento del libro Prohibido cantar: Canciones carpeteadas y artistas subversivos en Puerto Rico.]

Bibliografía

Acosta, Ivonne El grito de Vieques y otros ensayos históricos (1990-1999). San Juan: Editorial Cultural, 2002.

Copaken, Richard D. Target Culebra: How 743 Islanders Took on the Entire U.S. Navy and Won. San Juan: Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 2009.

Estados Unidos. Selective Service Regulations Act, 40 U.S. Statues at Large, 1918.

Fernández, Ronald. La isla desencantada: Puerto Rico y los Estados Unidos en el siglo veinte. San Juan: Editorial Cultural, 1996.

Meléndez López, Arturo. La batalla de Vieques. Río Piedras: Editorial Edil, 2000.

Paralitici, Ché. “Las luchas civiles de un pueblo: El caso de Vieques”, en Plaza Crítica, vol. 2, núm. 2, 2006, 73-83.

Paralitici, Ché. No quiero mi cuerpo pa’ tambor: El Servicio Militar Obligatorio en Puerto Rico. San Juan: Ediciones Puerto, 2006.

Vélez Rodríguez, Evelyn. Proyecto V-C, negociaciones secretas entre Luis Muñoz Marín y la Marina: Plan Drácula. Río Piedras: Editorial Edil, 2002.

Notas

[1] Estados Unidos, Selective Service Regulations Act, 40 U.S. Statues at Large, 1918. La Ley fue aprobada el 18 de mayo de 1917; luego se presentaron enmiendas y resoluciones suplementarias.

[2] Ché Paralitici, No quiero mi cuerpo pa’ tambor: el Servicio Militar Obligatorio en Puerto Rico (San Juan: Ediciones Puerto, 2006), 24-25.

[3] Ibíd., 15-16.

[4] Ibíd. Paralitici presenta en su obra listas detalladas de las personas arrestadas, multadas y condenadas a cárcel por oponerse al Servicio Militar Obligatorio durante ambas Guerras Mundiales.

[5] Ivonne Acosta, El grito de Vieques y otros ensayos históricos (1990-1999) (San Juan: Editorial Cultural, 2002), 142.

[6] Ronald Fernández, La isla desencantada: Puerto Rico y los Estados Unidos en el siglo veinte (San Juan: Editorial Cultural, 1996), 215-342. Evelyn Vélez Rodríguez, Proyecto V-C, negociaciones secretas entre Luis Muñoz Marín y la Marina: Plan Drácula (Río Piedras: Editorial Edil, 2002).

[7] Richard D. Copaken. Target Culebra: How 743 Islanders Took on the Entire U.S. Navy and Won. San Juan: Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 2009.

[8] Arturo Meléndez López, La batalla de Vieques (Río Piedras: Editorial Edil, 2000). Ché Paralitici, “Las luchas civiles de un pueblo: El caso de Vieques”, en Plaza Crítica, vol. 2, núm. 2, 2006, 73-83.