Durante décadas, las autoridades de la Universidad de Puerto Rico fueron cómplices del carpeteo de sus propios estudiantes. Tanto los oficiales de la guardia universitaria como los funcionarios de otros departamentos de la UPR, brindaban asistencia a la Policía y al FBI en la investigación de estudiantes, exestudiantes, profesores y empleados no docentes.
En la imagen se muestra una cita de un informe fechado en 1950 y firmado por Ángel Meléndez, Agente Secreto de la Policía Insular. En el mismo, se evidencia la cooperación estrecha entre la UPR y la Policía en el acecho y represión al estudiantado. La Oficina del Registrador de la UPR no tenía reparos en divulgar información confidencial contenida en expedientes académicos de alumnos activos e inactivos.
[NOTA: La información anterior está basada en un fragmento del libro Prohibido cantar: Canciones carpeteadas y artistas subversivos en Puerto Rico.]
Mayi Marrero 