
Hay un tipo de informe que abunda en las Carpetas de la Policía de Puerto Rico. Es aquel que presenta números de tablillas de automóviles. Se preguntará el lector, ¿por qué la Policía realizaría tales listas?
Los agentes encubiertos anotaban los números de las tablillas de los autos estacionados cerca de protestas, reuniones, marchas o piquetes de grupos independentistas, organizaciones obreras y estudiantiles. También se anotaba la descripción y tablilla de autos estacionados cerca de residencias de independentistas. Asimismo, se anotaba el número de tablilla de todo vehículo que llevara la bandera de Puerto Rico, aunque solo fuera una minúscula pegatina (sticker) de la monoestrellada.
Ya con el informe a la mano, los agentes se dirigían al Departamento de Transportación y Obras Públicas (DTOP). Allí solicitaban datos sobre el dueño y el conductor del auto. De esta forma, dicha agencia gubernamental se convirtió en cómplice del carpeteo.
En las carpetas abundan los datos de actualización de dirección postal y residencial gracias a la información provista anualmente por el DTOP a la Policía de PR. De esta manera, con cada renovación de marbete, licencia o permiso de conducir, el propio ciudadano carpeteado brindaba información actualizada y facilitaba el trabajo de sus investigadores.
Estos procesos de acceso de información explican por qué un ciudadano podía ser carpeteado sin siquiera haber participado de actividades políticas. Con que hubiera prestado su auto a un amigo o familiar participante, ya era suficiente para ser investigado, acechado y carpeteado.
[NOTA: La información anterior está basada en un fragmento del libro Prohibido cantar: Canciones carpeteadas y artistas subversivos en Puerto Rico.]