Los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1982 estaban supuestos a celebrarse en la ciudad de Mayagüez, Puerto Rico. Ante las múltiples dificultades que presentaron Carlos Romero Barceló y su gobierno anexionista del Partido Nuevo Progresista (PNP), el evento tuvo que trasladarse a la Habana, Cuba, apenas 18 meses antes de su celebración.
Ya resuelto el problema de la sede, el Comité Olímpico de Puerto Rico (COPUR) enfrentó otro dilema: la negativa de Romero Barceló de otorgar fondos para el traslado de los atletas boricuas a los juegos en Cuba. Asimismo, el gobierno de Estados Unidos prohibía a los fanáticos puertorriqueños viajar a Cuba para disfrutar de los juegos y apoyar a sus atletas.
Ante el problema de falta de fondos, Germán Rieckehoff Sampayo, presidente del COPUR, organizó “La Gran Cruzada Olímpica”. La campaña de recaudación de fondos visitó cada uno de los pueblos de la Isla y recolectó tanto dinero que no solo envió a la delegación de Puerto Rico a La Habana, sino que el sobrante del recaudo se invirtió en lo que hoy conocemos como el Albergue Olímpico de Puerto Rico, en el municipio de Salinas.
[NOTA: La información anterior está basada en un fragmento del libro Prohibido cantar: Canciones carpeteadas y artistas subversivos en Puerto Rico.]
Mayi Marrero 